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viernes, 21 de junio de 2013

NBA : Un anillo perdido un juego antes y ganado por la perseverancia

Hemos disfrutado una serie que desde el comienzo daba a entender que llegaríamos a un séptimo juego, muy física pero fue sólo eso ya que fuera de la cancha no hubo esos típicos cruces dialécticos entre ambos equipos plagados de estrellas, será por el bajo perfil de San Antonio y por la madurez de Dwayne Wade y LeBron James (MVP de las Finales de la NBA).


Ernesto Fernández para Simplemente Básquet

En Twitter : @Ernestodf


Elegí este título: “Un anillo perdido un juego antes y ganado por la perseverancia” porque la insistencia y el no bajar los brazos hasta el último minuto hicieron que Miami se lleve el sexto ante un San Antonio al que le dolió mucho perder ese juego. No digo que San Antonio lo quería perder pero las malas decisiones fueron las pequeñas diferencias en ese juego.

El primer golpe lo dieron los Spurs ganando en Miami con un tiro agónico de Tony Parker para quedarse con el 1-0 y la ventaja de localía en la serie 3-2-3 de las Finales.

Miami debía responder inmediatamente y lo hizo en el juego 2 aplastando 103-84 y mudando la serie a San Antonio.

En la ciudad texana los Spurs le “devolvieron la paliza” al Heat derrotándolo 113-77 poniendo la serie 2-1 y demostrando por qué estos dos equipos habían llegado a esta instancia.

Estos dichos quedaron corroborados en el cuarto juego, en el cual el local debía revalidar su localía, pero el campeón vigente demostró porque fue el mejor de la fase regular empatando nuevamente la serie 2-2 con Wade (32) y James (33) marcando el camino de la victoria 109-93.

Quedaba un quinto partido en San Antonio y las diferencias en el marcador ya no eran las mismas que en los juegos anteriores, mucho “scouting” entre ambos equipos, se evidenciaba aún más con el correr de los juegos, hacía que las mínimas diferencias sean las responsables de una victoria o una derrota.

En este juego dio el presente Manu Ginóbili, criticado por toda la prensa del básquet no sólo en los Estados Unidos, con 24 puntos para volver a Miami con un 3-2 y las chances de ganar su cuarto anillo con una franquicia que buscaba el quinto junto a Tim Duncan y su técnico Gregg Popovich.

El Heat regresaba al American Airlines Arena para el sexto juego, el cual debía ganar para tener la posibilidad de jugar un séptimo también en la Florida. Fue el juego más excitante de la serie por lo que ambos se jugaban. San Antonio llegaba con una luz de ventaja al cierre del juego pero malas decisiones, sumadas al nerviosismo y buena puntería del Heat (con dos triples en los minutos finales). Todo eso, más la presión de los casi 20.000 fanáticos hicieron que este juego se vaya a tiempo extra cuando parecía que San Antonio tenía todo a su alcance para ser el campeón, pero esa ventaja se le esfumó como arena entre los dedos.

Ya con el séptimo juego, donde cualquier cosa podía pasar, los ánimos con que llegaban a LA FINAL no eran los mismos, San Antonio golpeadísimo después de perder esa oportunidad y Miami con ese envión que da ganar un juego como el sexto donde nunca se dio por vencido logrando su objetivo, llegar en alza al juego definitivo.

Este séptimo juego, fue un partido aparte, diferente a todos los otros de la serie, era ahora o ahora, el trámite del mismo fue de esa manera sacándose ventajas ínfimas que eran limadas casi de inmediato por el rival.

Dieron el presente dos de los tres integrantes del Heat, sus dos máximos estelares Dwyane Wade (23) y LeBron James (37) quien a la postre sería el merecido MVP de las Finales.

Por el lado de los Spurs, no sólo una serie sino una temporada impresionante de Tim Duncan (24) que no pudo verse coronada con un nuevo anillo para el veterano jugador, el futuro de la franquicia con tan sólo 21 años Kawhi Leonard (19) y Manu Ginóbili (18), con una defensa de Miami eclipsando y no dejando jugar a Tony Parker (10).

Llegaron los minutos finales no se sacaron diferencias, empataron en 11 oportunidades y cambiaron el liderazgo 7 veces. Miami sacó una diferencia mínima pero le alcanzó para que San Antonio busque con tiros desesperados empatar el juego, erraron varios lanzamientos de tres y Miami no perdonaba en el otro canasto.

Cuando Duncan erró esa bandeja a menos de dos minutos del final todos sabíamos que Miami se iba a quedar con el bicampeonato, porque si el mejor jugador en la zona pintada de San Antonio no podía encestar esa canasta estaba todo dicho a favor de quien sería el bicampeón de la mejor liga del mundo.

No le alcanzó a San Antonio para un nuevo anillo, pero si al Miami Heat, afianzado desde la dirigencia por Pat Riley, un joven head coach como el “bicampeón” Eric Spoelstra y una franquicia que de mantener a sus estrellas buscará ser Dinastía en la NBA.

Ernesto Fernández para Simplemente Básquet

En Twitter : @Ernestodf

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